-¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?-me dijo con
clara preocupación en la voz
-Nada, es solo que me duele la muñeca eso es todo- mentí lo
mejor que pude, pero se me noto mucho.
-¿Y por qué será que no te creo?- me dijo- o sea, supongo
que te duele la muñeca, pero tanto como para llorar así…
-Harry enserio no te lo puedo decir, no me tomarías en
serio, te reirías de mi- le dije. ¿Cómo le iba a decir que estaba enamorada de
él sin que se echara a reír o sin hacerme daño a mi misma? A saber cuántas
chicas se lo decían al cabo del día ¿Por qué iba a ser yo diferente?
Más lagrimas.
-Prueba, si no lo haces nunca lo sabrás.
-Harry enserio no puedo, si nos vemos otra vez después de
que pase todo esto te invito a tomar algo y te lo cuento ¿Vale?- dije a la vez
que me quitaba las lagrimas.
-Pero… ¿Dónde está la niña cascarrabias con la choque “sin
querer” en la cafetería?
-¿Cómo que niña? Mira chato tengo apenas un año menos que tu
y la “niña” cascarrabias puede volver cuando quieras-dije con un toque de humor
en la voz- y además… ¿por qué has dicho sin querer con tanto retintín?
-Me gusta más la Annia que no es tan cascarrabias Jajajajaja.
Y dije sin querer con retintín porque lo hice más o menos queriendo, te vi
entrando en la cafetería, me pareciste una chica muy mona y quería hablar algo
contigo, si llego a saber que estabas mal de la muñeca no lo hacía. Lo siento,
de verdad. Bueno ya hemos llegado puede usted bajarse del coche.
Pero mi mente dejo de prestar atención a sus palabras cuando
oí que decía que le parecía una chica muy mona, de la que me miraban la muñeca
que le echaran un vistazo a los oídos porque me debía de estar quedando sorda.
¿Había escuchado bien las palabras de Harry?
-Emmm… Mira Annia ¿Vas a bajarte del coche o vas a quedarte
hay mucho tiempo?- me gire y vi que ya había
abierto la puerta y estaba esperando a que yo saliera.
-Oh si si, ya salgo lo siento.
-No te preocupes preciosa- me dijo a la vez que yo me bajaba
del coche-Ahh, por cierto, antes de entrar en la consulta estaría bien que te subieras
la cremallera de la chaqueta, me gusta mucho el sujetador azul y negro que
llevas, te queda muy bien pero creo que no es plan de que lo vayas enseñando a
todo el mundo.
-¿¿¿¿¿QUUUUUEEEEEE?????- dije y baje la mirada hacia abajo, había
estado tan concentrada en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que
se me había bajado la cremallera de la chaqueta. Sentí que mis mejillas se ponían
rojas a la vez que me subía la cremallera. –
-No te preocupes cariño, no se lo diré a nadie, será nuestro
secreto.
-Te juro Harry Styles que si se lo dices a los otros 4 voy
hasta tu casa y mientras duermes tranquilamente te rapó el pelo al cero ¿Quedo
claro?
-¡¡¡¡¡No no no mis rizos no!!!!!- dijo teatralmente a la vez
que se ponía las manos en la cabeza.
-Pues no te pases de listo ricitos ¿Está claro?
-Si mi general.
-No tienes remedio…
-Vamos que llegamos tarde charlatana, que es que no callas.
-Pero tendrás cara, no me des tema de conversación y ya verás
cómo no hablo.
-¡¡¡Vamos!!!- dijo y me pasó un brazo por los hombros.
-¿Se puede saber que estás haciendo?- y muy a mi pesar me deshice del abrazo- puede haber
paparazzi.
-Tienes toda la razón- dijo a la vez que entrabamos en un
edificios que tenía pinta de ser del s.XIX y juraría que había un poco de pesar
en su voz “Estar cerca de Harry Styles te está volviendo loca”
Subimos por las escaleras hasta el tercer piso y picamos al
timbre. Una pelirroja regordeta y con pecas nos abrió la puerta.
-¡¡Harry!! Qué bien que ya estás aquí,
pensábamos que ya no ibas a venir. ¿Quién es esta preciosidad que está contigo?
-Lo siento Lucy me retrase, es que
choque con Annia en una cafetería y creo que se ha hecho daño en una muñeca y
como tenía que venir aquí a que me miren la garganta pensé que George podía echarle un vistazo si no es
mucha molestia.
-Pues claro que no Harry, George
tiene un hueco después de atenderte a ti y puede mirar a Annia sin problemas.
Annia cielo si pasas por aquí y me rellenas un par de papeles te estaría muy
agradecida.
-Claro no hay problema ¿Lucy
verdad?
Lucy me llevo hasta un mostrador
blanco y saco dos folios para que rellenara de información sobre mí. D.N.I, teléfono,
nombre y apellidos… Vamos lo de siempre.
Mientras rellenaba el formulario
pude sentir la vista de Harry posada sobre mi y juraría que le había oído suspirar.
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