Me desperté, si uno puede despertarse sin haber dormido, a las 7 de la
mañana. Mi avión salía a las dos de la tarde, todavía tenia tiempo de sobre
para meter las ultimas cosas en la maleta, plancha del pelo, cepillo de
dientes, el pijama que traía puesto… Estaba muy nerviosa, nunca había salido de
España y por si eso fuera poco nos íbamos a Londres y yo soy de las del 5
raspado, porque le doy pena a la profesora vamos.
Me levante de la cama, desayune, me duche y me vestí. Mientras salía de la
ducha pensé en mis amigas, las iba a echar mucho de menos. “Solo va a ser un
año” pensé, el año que iba a pasar en Londres con mi compañía de baile como
protagonista del nuevo musical que iban a llevar a es ciudad.
Escuche el sonido de un piano acompañado de esta letra - Give you
this, give you that blow a kiss, take it back if I look inside your brain- Me
nege a contestar, era mi amiga, Angela, como la iba a echar de menos...
Nuestras salidas con Nala (mi perra), nuestro momentos tontos en baile, las
lagrimas viendo Titanic... "Solo un año" volví a pensar.
-Annia-escuche la voz de mi madre- en media hora salimos, que por si no te
acuerdas el avión tienes que ir a cogerlo a Santander, date prisa cariño-
-En 15 minutos estoy lista, meto un par de cosas en las maletas y ya estoy-
-¡No te olvides de las puntas!- me recordó
-¡PORRAS!-exclamé- Menos mal que me lo recuerdas, ya me iba sin ellas-
Así soy yo, no la hay mas despistada, no pierdo la cabeza porque la tengo
pegada que si no... A saber donde estaría
-Anda que bien ibas a bailar tú en Londres sin tus puntas- se rio de mí mi
madre.
-No se que voy a hacer sin ti durante un año-le confesé a mi madre- te voy a
echar mucho de menos, aunque solo sea para pelearnos jajajajajaja-
-Ya lo se cariño- dice mi madre- yo también a ti-
Veinte minutos después con las 2 maletas metidas en el maletero y mi mochila
de mis 5 novios como equipaje de mano en el asiento de atrás del coche pusimos
rumbo a Santander.
Una hora y cuarto mas tarde nos encontramos a un grupo de unas 25 personas
cerca del mostrador de facturación que tenia destino Londres.
-¡ANNIA!-dijo mi profesora- te estábamos esperando, solo falta Juan y nos
pondremos a la cola-
En ese mismo momento entró un chico de pelo negro como la noche, unos ojos
azules como hielo y unos hombros anchos entró por la puerta.
-Juan- dijo Anna, la profesora- solo faltabas tú, ahora que ya estamos todos
vamos a facturas y... ¡¡¡¡¡A LONDRES!!!!!
Se la veía más emocionada que un niño de 7 años que va a ir a Disney. Media
hora después estábamos esperando la cola para poder pasar el control de
seguridad.
Me gire y vi a mi madre a través de las lagrimas, no quería llorar, quería ser
fuerte pero me estaba costando mucho conseguirlo. Oí que alguien me llamaba,
creo que era Marta mi sustituta en caso de que a mi me pasara algo y no pudiera
bailar, me volví y ya no mira más atrás.
Una hora después ya estábamos todos sentados en el avión, en 10 minutos despegábamos,
en 10 minutos mi vida iba a cambiar para siempre.
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