miércoles, 5 de septiembre de 2012

Capitulo 4- Juan


-I'm broken, do you hear me I am blinded, but you are everything I see I'm dancing, alone I'm praying, that your heart will just turn around- Sonó el despertador a las 7 de la mañana.
-No es posible-dije a la vez que me sentaba a la cama- dime que es una broma.
Volví la cabeza y vi a Lucia y la vi tapada hasta la cabeza dormida como un tronco, cogí mi almohada y se la lancé.
-¿QUE? ¿QUE PASO?- dijo a la vez que se levantaba rápidamente de la cama.
-Nada, jajajajajaja. Ya son las siete de la mañana, arriba vaga-dije cuando vi que se estaba volviendo a meter en la cama.
-Solo diez minutos, lo que tardeas en ir a lavarte al baño ¿Vale?.
-Pero diez minutos ehhh.
-Si pesada
Entre en el baño, me duché, y me vestí.
-Ya han pasado diez minutos, venga arriba.
-Vale mamá, ya me levanto.
Media hora más tarde ya habíamos desayunado y nos dirigimos hacia el teatro donde íbamos a actuar durante el próximo año. La actuación era una mezcla de muchos estilos, durante casi dos horas íbamos a bailar Ballet, Broadway, Rock ‘N Roll, lirio y moderno. Yo, al ser la protagonista, tenía que hacer 6 o 7 cambios de ropa, desde medias negras con ligero, corsé y zapatos negros de tacón hasta zapatos supra con pantalones cortos con camisetas holgadas.
Una vez dentro del teatro nos dirigimos hacia el escenario, era enorme debía de tener casi 35 metros de largo por 10 de ancho, tenia aforo para 5 mil personas y se esperaba que de los 4 días a la semana que había actuación se llenara casi entero 3.
-Annia que bien que ya estás aquí-dijo Anna, la profesora- rápido el primer ensayo va a ser el de Broadway, los camerinos están pasando la puerta esa del fondo, el tuyo es el tercero por la derecha. Tienes 20 minutos.
-Me sobran 10- dije a la vez que me dirigía hacia la puerta.
Una vez dentro del camerino me dispuse a desvestirme, de hecho ya estaba en sujetador, cuando hoy una voz que salía desde detrás del colgador sonde estaba la ropa
-No sé como lo haces pero cada día estas más buena- dijo una voz masculina muy familiar-lo que daba por quitarte ese sujetador, sentarte en esa mesa y…-
-Juan ya te dije muchas veces que me dejes en paz por favor- dije a la vez que me volvía a poner la camiseta- por favor sal de aquí.
Juan llevaba varios meses acosándome, al principio me hacía gracia, me decía “Que guapa estas hoy” y cosas así, pero poco a poco fue a peor, venia y me tocaba el culo, me soba y me empezó a mandar sms subidos de tono al móvil.
-¿Por qué iba hacerlo? Sabes que te puedo poseer ahora mismo si a mí me diera la gana, se que tu también lo deseas- dijo a la vez que se acercaba poco a poco a mí, cuando nuestros cuerpos se tocaron Juan se quito la camiseta y sus manos se deslizaron hasta la hebilla del cinturón. Mi mirada se dirigió hasta la puerta y calcule que debía de haber unos dos metros, si le daba una patada igual podía…
-No te molestes en intentarlo, cerré con llave cuando estabas distraída- y dicho esto se quitó el cinturón y se desabrocho el botón del pantalón.
-¡¡¡¡¡¡AYU…-no me dio tiempo acabar, Juan puso una mano en mi boca y con la otra me quito la camiseta y me desabrocho le sujetador, lagrimas de miedo, de impotencia caían por mis mejillas. Rápidamente la boca de Juan ocupo el sitio donde antes había estado su mano. Era igual que besar a una vaca.
No sé como ocurrió, pero cuando me quise dar cuenta yo estaba sentada en la mesa y el estaba encima de mí. Yo intentaba defenderme, con patadas, arañazos pero el era más fuerte que yo, no podía hacer nada. Cuando sentí que metía la mano en la goma del pantalón de deporte oí unos golpes en la puerta.
-¿Annia estás ahí? Anna pregunta por ti- Oí que decía David, el protagonista masculino del musical
Aproveche que Juan se separo de mi apenas unos escasos centímetros para darle un empujón y correr hacia la puerta, abrí el cerrojo y salí fuera del camerino.
David abrió mucho los ojos al verme entera despeinada sin camiseta y con el sujetador desabrochado.
-Annia, pero ¿Qué a pasado?
-Yo… Juan… Me esperaba… Intentó…-intente decir, pero no me salían las palabras.
Justo en ese momento salió Juan de mi camerino poniéndose la camiseta.
-Muchas gracias por este momentazo guapa.
-¿PERO TU DE QUE COJONES VAS?
-Juan en serio déjalo- dije a la vez que lo cogía del brazo y lo llevaba en la dirección contraria de la que se dirigía Juan.
-¿Estás bien? Toma mi chaqueta, póntela.
-Me duele una muñeca, creo que mi hice daño cuando estaba intentando apartarlo de mi.
-Voy a avisar a Anna de lo que ha pasado y luego nos vamos a dar una vuelta para que te de el aire ¿Vale? Espérame aquí.
Espere los cinco minutos que tardo mirando el vacio con la mente en blanco y con mi muñeca dolorida en mi regazo, la lágrimas llenaron mi rostro, apenas llevaba en Londres un día y ya tenía unas ganas locas de irme a casa. Pero no todo iban a ser malas cosas, también me iban a pasar cosas buenas y algunas antes de lo esperado.

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